domingo, 24 de agosto de 2014

Tú, mi Mundo

Naciste, y llenaste nuestro mundo de paz, de serenidad, de calma, de ternura, dulzura, de felicidad.


Crecías, y lo llenabas de sonidos, de sonrisas, de carcajadas, de gestos, miradas, reclamos, de juegos, palmas y cánticos, de tus primeras palabras, tus primeros pasos.



Seguiste creciendo y, de pronto, sin saber cómo, todo cambió. Te marchaste tesoro, dicen que a tu mundo, rodeado por un muro invisible, y ni mis besos, mis abrazos, ni toda la fuerza de mi amor, lo pudieron romper.



Llegó el mirar sin ver, el estar sin estar, el doloroso y profundo silencio. Te llamaba y tú no me oías, mi voz era como un eco sin sentido para ti.



Y yo decidí irme a tu mundo a encontrarte. Pero antes lo estudié, lo exploré, para entenderlo, para entenderte. Y allí me fui, a respetar tus juegos, tus rituales, tus silencios, para después compartirlos y formar parte de ellos.



Me enseñaste tantas cosas, mi amor, no hay mentiras ni falsedad, todo es puro, no existe la maldad. Entonces creamos los dos, nuestro mundo nuevo. Con tus fotos, mis canciones, con tus juegos y mis juegos, con rituales mi vida, que sólo tú y yo comprendemos.



El muro se desvanece, nuestro mundo ya es el mismo, lo seguimos construyendo, no está todo conseguido.



A veces, te vas de nuevo, y yo, te miro tranquila, sé cómo hacerte volver a este mundo tuyo y mío, lleno de carcajadas, abrazos, besos y de fugaces miradas.



Tú mi mundo, mi cielo y mi mar, mi sol y mis estrellas, mi día y mi noche, mi alegría y también mi pena, mi TODO, mi HIJO DEL ALMA. Mi razón de vivir, de avanzar, de ganar mil batallas, de surgir cual ave Fénix y no aceptar la derrota, porque tú lo mereces todo, yo lo conseguiré para TI.



Te quiero hijo lindo. MAMÁ





Fuente: Blog La Brújula del Cuidador

Poema a mi Hijo Especial


Tener un hijo especial es una lucha constante por alcanzar un ideal, aunque este se vea distante.


Es dejar la vida misma para entregar lo mejor de ti.


Es la misión que confirma que tienes mucho por que vivir.


Es sufrir por sus fracasos y ser su guia y apoyo.



Es consolarlo en tus brazos cuando se sienta solo.


Es volverte maestra para educarlo y una doctora para atenderlo, ser su abogada para representarlo y una leona para defenderlo.


Dar palabras a sus silencios, dar soluciones a sus problemas, alejar los miedos que lleva por dentro y cambiar por alegria sus penas.


Es avanzar poco a poco disfrutando todos sus triunfos.


Es no da
r paso al enojo cuando sus esfuerzos resultan nulos.


Es mostrar fortaleza cuando flaquea en sus intentos.


Es construir de la nada grandezas, es tener a flor de piel los sentimientos.


Es mostrarle el camino hacia una vida normal, conduciendo a nuestro hijo
a encontrar su lugar.


Es dejarlo vivir plenamente sin importar su deshabilidad.


Es enfrentar valientemente el que dirán de los demás.


Es sentirte bendecida por estos ángeles que Dios nos da, porque solo es elegida quien es una madre ESPECIAL.

Ser una mamá especial

Ser una mamá especial es tener corazón de guerrera para soportar las adversidades que da la vida.

Ser una mamá especial es ser maestra, pues es la mejor maestra que un niño especial puede tener.

Ser una mamá especial es tener la valentía y el coraje para vencer los retos cotidianos, es agarrarse de la vida tomarse fuertemente de las manos de Dios y tomar el impulso para los nuevos desafíos.

Ser una mamá especial es ser una mujer bendecida por Dios, pues Dios supo perfectamente que ese hijo especial era para ella.

Una mamá especial es una gran mujer, pues Dios le dio por añadidura fortaleza, fe, esperanza y un mundo lleno de paciencia y tolerancia.

Ser una mamá especial es un regalo especial entre todas las benditas mamás.





Fuente: Blog El Amor de un Niño Especial

sábado, 23 de agosto de 2014

El Viaje a Holanda

Emily Pearl Kinsgley, escritora del programa de TV “Barrio Sésamo” y madre de un niño con Síndrome de Down, escribió este cuento para describir la experiencia de educar a un hijo con necesidades especiales:

"El viaje a Holanda"


“Esperar un bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia:

 



Compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Angel, las góndolas de Venecia…También puedes aprender algunas frases en italiano. Todo es muy excitante.

Después de meses de preparación,finalmente llega el día: haces la maleta y
estás muy nervioso.

Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: “Bienvenidos a Holanda”.
“¿Holanda?”, preguntas. “¿Cómo que Holanda? ¡Yo pagué para ir a Italia! Toda mi vida he soñado con ir a Italia.”

Sin embargo, ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí te tienes que quedar.

Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo.

Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferente.

Es más lento y menos deslumbrante que Italia. Pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rembrandts…





Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viniendo de Italia, presumiendo de los días maravillosos que han pasado.

Y durante el resto de tu vida, te dirás: “Sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado.”

Este dolor no desaparece nunca,porque la pérdida de este sueño es una pérdida muy significativa.

Pero si malgastas tu vida lamentando no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadoras que te ofrece Holanda.




Ya llevo más de una década en Holanda. Se ha convertido en mi hogar. He tenido tiempo para recobrar el aliento, para establecerme y acomodarme, y para aceptar algo diferente a lo que había planificado.

Mirando atrás, reflexiono sobre los años cuando recién arribé a Holanda. Recuerdo con claridad el golpe emocional, mi temor, mi ira - el dolor y la incertidumbre. Durante esos primeros años, traté de regresar a Italia, tal como lo había planeado, pero fue en Holanda que debí permanecer. Hoy en día, puedo decir lo mucho que he andado en este viaje inesperado. He aprendido tanto. Pero, este recorrido ha tomado su tiempo.


Trabajé duro. Compré nuevas guías de viaje. Aprendí un nuevo idioma y lentamente hallé mi camino en esta nueva tierra. Conocí a otras personas cuyos planes cambiaron, al igual que los míos, y que podían compartir mi experiencia. Nos apoyamos mutuamente y algunos se han convertido en amigos muy especiales. Algunos de estos compañeros de viaje llevaban más tiempo que yo en Holanda y resultaron ser guías veteranos, ayudándome a lo largo del camino. Muchos me han alentado. Muchos me han enseñado a abrir mis ojos a las maravillas que pueden contemplarse en esta nueva tierra. He descubierto una comunidad que se preocupa. Holanda no era tan mala. Creo que Holanda está acostumbrada a viajeros extraviados, como yo, y se ha tornado en una tierra hospitalaria, que extiende la mano para dar la bienvenida, ayudar y apoyar a recién llegados como yo.


A lo largo de los años, me he preguntado cómo hubiera sido mi vida si hubiera aterrizado en Italia, como lo planifiqué. ¿Hubiera sido más fácil? ¿Hubiera sido tan enriquecedora? ¿Hubiera aprendido yo algunas de las lecciones tan importantes que he llegado a asimilar? Cierto, este viaje ha sido más retador y a veces yo he pataleado y he exclamado en protesta y por frustración (y aún lo hago).


Y efectivamente, Holanda va a paso más lento que Italia y es menos llamativa que Italia. Pero también esto se ha convertido en una ventaja inesperada. De cierta forma, he aprendido a aminorar la marcha y a mirar más de cerca las cosas, ganando una nueva apreciación de las bellezas notables de Holanda, con sus tulipanes, molinos de viento y obras de Rembrandt.
He llegado a querer a Holanda y a llamarla mi Hogar.


Me he convertido en un viajero del mundo y he descubierto que no importa donde se aterrice. Lo que es más importante es lo que se logre hacer del viaje y que se vean y disfruten de las cosas especiales, las cosas hermosas, las cosas que Holanda, o cualquier paraje, tiene que ofrecer.


Cierto, hace más de una década que llegué a un lugar que no había planificado. Sin embargo, estoy agradecida, porque este destino ha sido más enriquecedor de lo que hubiese podido imaginar. "





Fuente: Blog En mi familia hay autismo y mucho más

Ensaladas y biónicos preparados por nuestros jóvenes


Evento a favor de nuestros niños con autismo de Clima Bajío

La Clínica Mexicana de Autismo es una comunidad para el desarrollo de personas en el Espectro Autista, apoyo a las familias, investigación y enseñanza.

Agradecemos su cooperación.



sábado, 16 de agosto de 2014

¿POR QUÉ LAS MADRES DE NIÑOS CON NECESIDADES ESPECIALES SON TAN ESPECIALES?


1. Porque nunca pensamos que "hacer todo" significaría tanto. Pero lo hacemos todo, y algo más. 2. Porque hemos descubierto paciencia que nunca supimos que teníamos.
3. Porque estamos dispuestas a hacer algo 10 veces, 1.000 veces si eso es lo que se necesita para que los niños aprendan algo nuevo.
4. Porque hemos escuchado a médicos decirnos las peores cosas, y nos hemos negado a creerlo.
5. Porque tenemos días malos, depresiones, ataques de llanto, luego nos levantamos y seguimos de pie en la lucha.
6. Porque logramos mantenernos bien y salir de casa viéndonos atractivas. Incluso lucimos bien en ropa deportiva.
7. Porque somos fuertes. ¿Quién sabría que podíamos ser tan fuertes?
8. Porque no somos sólo las madres, esposas, limpiadoras, chóferes, cocineras y mujeres que trabajan. También somos fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, maestras, enfermeras, investigadoras, entrenadoras y porristas.
9. Porque entendemos a nuestros hijos mejor que nadie, incluso si no pueden hablar o gesticular o mirarnos a los ojos. Lo sabemos. Sólo lo sabemos.
10. Porque justo cuando parece que las cosas van bien, de repente no lo son, y lo afrontamos. Nos ocupamos incluso cuando parece que nuestras cabezas o corazones podrían explotar.
11. Porque cuando miramos a nuestros hijos simplemente vemos niños maravillosos. No vemos niños con parálisis cerebral, autismo, Síndrome de Down o lo que sea la etiqueta.

Candace Cullen Howard
  

Fuente: Facebook Single Parents of Children with Autism



Traducido por Gina Gutierrez